Las muertes por suicidio se encuentran entre las muertes más prevenibles actualmente en los EE.UU. El suicidio es la décima causa principal, y en 2019, fue responsable de más de 47500 muertes según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El suicidio es el acto de lesionarse a sí mismo con la intención de la muerte, mientras que un intento de suicidio es un acto de hacerse daño a sí mismo con la intención de morir, pero uno no muere. De 1999 a 2019, los CDC informaron que la tasa de suicidios en los EE. UU. Ha aumentado en un 33%, con 2019 experimentando una ligera disminución. En particular, todas las edades se ven afectadas, pero las personas menores de 34 años tienen un mayor riesgo, ya que el suicidio es la segunda causa principal de muerte. Sin embargo, las tasas más altas de suicidio se experimentan entre los nativos de Alaska y los blancos no hispanos. Otras poblaciones en riesgo incluyen trabajadores, y miembros lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT), y veteranos.
Causas del suicidio
Las personas se suicidan por varias razones. La primera se debe a enfermedades mentales. Las enfermedades mentales, en particular la depresión grave, son la principal causa de muchos casos de suicidio. La depresión tiene impactos severos en las emociones de alguien, y por lo general, los pacientes se sienten desesperanzados. Como resultado de tales sentimientos, las personas se suicidan. Otras enfermedades mentales responsables del suicidio incluyen la esquizofrenia, los trastornos alimentarios, la enfermedad bipolar y la enfermedad límite de la personalidad. Otra causa es el estrés traumático que las personas experimentan después de algunos eventos de la vida. Por ejemplo, la violación, el abuso sexual infantil, el trauma de guerra, la violencia doméstica y el abuso físico causan estrés traumático. Aproximadamente el 23% de las personas que sufrieron agresión física y el 22% experimentaron violación intentaron suicidarse. El riesgo de cometer suicidio aumenta cuando un individuo enfrenta un trauma múltiple o es diagnosticado con trastorno de estrés postraumático; tales personas se sienten indefensas y desesperadas, lo que lleva al suicidio.
Además, el suicidio puede ser causado por el abuso de sustancias. Las investigaciones indican que las personas que ya han desarrollado pensamientos suicidas tienen un mayor riesgo de suicidarse si consumen alcohol y otras sustancias de drogas. Las drogas hacen que estos individuos sean más impulsivos para ser influenciados por sus impulsos. Indirectamente, el abuso de sustancias puede desencadenar otros factores estresantes como la pérdida del trabajo o el fin de los matrimonios que hacen que las personas se suiciden. En particular, las personas con enfermedades mentales como la depresión son más propensas a abusar de estas sustancias, lo que perjudica su juicio para suicidarse. Igualmente, otros factores estresantes como estar encarcelado, fracasar académicamente, pérdida de estatus social, pérdida de empleo, pérdida de familiares o amigos después de revelar la sexualidad de uno, terminar una relación romántica, intimidación y desafíos financieros pueden conducir al suicidio.
Las enfermedades crónicas y el dolor pueden llevar al suicidio. En algunos casos, si un individuo está sufriendo de una enfermedad crónica y experimentando dolor crónico sin esperanza de una cura, el suicidio se convierte en la única opción para poner fin al sufrimiento. Según la revista estadounidense de medicina preventiva, el asma, la enfermedad de Parkinson, el cáncer, la diabetes, el VIH/SIDA, el dolor de espalda, la lesión cerebral, la epilepsia, la insuficiencia cardíaca congestiva, las afecciones cardíacas y la migraña se encuentran entre las enfermedades crónicas que los pacientes experimentan altas muertes por suicidio. Otras causas del suicidio son la sensación de ser una carga para otras personas y estar socialmente aislado. Las personas que sufren de enfermedades crónicas o son discapacitadas sienten que son una carga para otras personas. Estas personas pueden encontrar difícil pedirles a otras personas que los acompañen a lugares u hospitales u obtener ayuda para pagar sus cuentas. Además, las personas pueden estar socialmente aisladas debido a la pérdida de amigos, el divorcio, la separación, la jubilación o las ansiedades sociales, y tal soledad puede hacer que las personas se suiciden. Socialmente, el estigma y la discriminación se encuentran entre las causas del suicidio.
Manejo del suicidio
El primer paso en el manejo del suicidio es identificar a las personas vulnerables, comprobando constantemente si hay síntomas de pensamientos suicidas. Algunos de los síntomas incluyen sentimientos de estar desesperado, solo o atrapado. Las personas pueden sentir que no hay necesidad de vivir, explorando formas de hacerse daño a sí mismo, durmiendo muy poco o demasiado, cambios de humor, hablando de suicidio. Del mismo modo, otros síntomas son el aumento del uso de drogas, la participación en conductas de riesgo, la entrega de pertenencias, la tristeza duradera y los impulsos a intentar suicidarse. Las personas que presentan estos síntomas deben ser confrontadas directamente y se les debe preguntar si están tratando de intentar suicidarse y la forma en que están planeando intentar suicidarse.
Del mismo modo, las personas vulnerables no deben acceder a objetos que puedan considerarse letales. Tales individuos deben ser monitoreados de cerca sobre cualquier cambio adicional en los comportamientos, por ejemplo, sus comportamientos alimentarios y la ingesta de medicamentos. Existe la necesidad de asegurarse de que estas personas busquen ayuda cada vez que desarrollen estos pensamientos e informen a familiares y amigos para que ofrezcan apoyo adicional en el manejo del suicidio.
Prevención del suicidio
El suicidio se puede prevenir en la sociedad; en primer lugar, puede controlarse mediante apoyos sociales y económicos. Es necesario aumentar la seguridad financiera de los hogares y estabilizar las políticas de vivienda para evitar factores estresantes que puedan conducir al suicidio. Factores estresantes como quedarse sin hogar o desafíos financieros pueden desencadenar el suicidio. Aumentar el acceso a los servicios de atención del suicidio puede prevenir los suicidios. Se necesita un seguro de salud que cubra los servicios de salud mental y políticas adicionales para garantizar que más personas estén protegidas. Del mismo modo, el acceso a estos servicios puede aumentarse abordando la escasez de cuidadores en las comunidades desatendidas. En segundo lugar, el enfoque consiste en utilizar prácticas basadas en la evidencia y al mismo tiempo prestar servicios de atención del suicidio. En tercer lugar, el suicidio puede prevenirse mediante la creación de un entorno protector. Para las personas identificadas con mayor riesgo de suicidarse, debe denegarse el acceso a medios letales para suicidarse. Para las personas que residen en instituciones u otras personas que trabajan en organizaciones, se recomienda un cambio en la cultura y las políticas para garantizar que se experimentan bajas tasas de suicidio en las organizaciones e instituciones. Además, se necesitan más políticas comunitarias que reduzcan el consumo de alcohol y el abuso de sustancias, especialmente para la población considerada vulnerable.
Además, el aumento de la conexión puede prevenir el suicidio. Se puede alentar a las personas vulnerables a unirse a grupos de pares comunitarios y participar en actividades comunitarias como servicios de caridad o voluntariado. A las personas que se consideran vulnerables se les pueden enseñar habilidades para resolver problemas. Se pueden implementar muchas estrategias para enseñar a estas personas, y entre ellas se encuentran los programas de relaciones familiares y habilidades de crianza y el enfoque de aprendizaje socioemocional. La comunidad puede identificar y ofrecer apoyo a las personas vulnerables al suicidio; esto puede ser a través del tratamiento de estos individuos o aquellos que ya han intentado suicidarse. También se recomiendan programas adicionales como la capacitación en mantenimiento de puertas y la intervención en crisis.
Tratamiento para el suicidio y los intentos de suicidio
En la actualidad se utilizan varios enfoques basados en la evidencia en los Estados Unidos para tratar el suicidio. Las primeras intervenciones psicoterapéuticas son ampliamente recomendadas. Las intervenciones pueden ser a nivel grupal o individual, y la duración del tratamiento varía en función del riesgo del paciente. El enfoque psicoterapéutico es un tratamiento que identifica patrones de pensamiento y comportamientos para motivar a los pacientes, reducir las tasas de suicidio y aumentar la retención en las sesiones de terapia. La psicoterapia incluye terapia cognitivo-conductual, terapia dialéctica, mejora del estado de ánimo, evaluación colaborativa y tratamiento basado en la familia. La terapia cognitivo-conductual para la prevención del suicidio utiliza un enfoque de prevención de recaídas y reducción de riesgos donde los terapeutas identifican todos los factores de riesgo y factores estresantes que pueden causar suicidio. Un plan de seguridad después de que se crea este análisis, y la psicoeducación se proporciona de manera similar a los clientes. Este plan ha demostrado un 50% de éxito en la reducción de los rein intentos de suicidio. La terapia dialéctica del comportamiento (DBT) es otro acercamiento usado para los individuos más vulnerables y lucha con la regulación emocional y la impulsividad. Algunas técnicas se utilizan para dbt como el entrenamiento de habilidades de grupo, consulta de terapeuta, y el coaching telefónico.
Otro enfoque basado en la evidencia es mejorar el acceso al tratamiento colaborativo que promueve el estado de ánimo (IMPACT); este programa se dirige a los ancianos en atención primaria a través del manejo de la depresión y la minimización de las ideas de suicidio. Este enfoque también apoya el tratamiento personalizado. La evaluación y el manejo colaborativos del suicidio no tienen un plan en particular, pero el médico y el paciente diseñaron el plan de tratamiento. Se utilizan varias técnicas, y el paciente determina lo que está funcionando para ellos. La terapia familiar basada en el apego es otro enfoque psicoterapéutico utilizado para los adolescentes, particularmente para abordar los síntomas depresivos, las ideas de suicidio y la eliminación de la ansiedad.
Los medicamentos psiquiátricos son otra alternativa de tratamiento. Los medicamentos se utilizan principalmente para reducir la auto-violencia y controlar los trastornos mentales. Los medicamentos comunes utilizados incluyen litio, antidepresivos, antipsicóticos y neurolépticos. El litio se utiliza para tratar enfermedades mentales como bipolares y cambios de humor. El litio es un estabilizador del estado de ánimo para estos pacientes. Del mismo modo, se pueden administrar antidepresivos, y hay evidencia de que pueden minimizar los comportamientos suicidas entre los pacientes con desafíos emocionales. Otras drogas como los antipsicóticos se utilizan para controlar las enfermedades mentales que causan suicidio.
En conclusión, este artículo ha examinado las causas, la gerencia, la prevención, y el tratamiento del suicidio. Algunas de las razones discutidas incluyen enfermedades mentales y traumas. El artículo también ha identificado formas en que el suicidio puede prevenirse en la sociedad. Es necesario que las personas vulnerables participen en actividades comunitarias y que aumente su acceso a los cuidadores, incluidos los terapeutas. Del mismo modo, las dos alternativas de tratamiento incluyen enfoques psicoterapéuticos que abordan los comportamientos y los pensamientos suicidas o el tratamiento psiquiátrico con medicamentos que manejan los trastornos del estado de ánimo y las enfermedades mentales. El suicidio tiene varios impactos negativos en la sociedad; de ahí que sea necesario prestar más atención a su gestión.